Querido Basilio.
Un semana más y sigo sin ir a verte, pero no es esto lo que me preocupa, sino más bien la mesa de forma libre que nos espera. No soy capaz de dar cuenta de ella, pues es puro plano base en el espacio de tu casa, rodeado de tensiones dominantes y secundarias, pero… siendo esto pura esencia, desprovisto de toda forma exterior, no sé como darlo a conocer, e incluso me cuesta aprehenderlo.
Ya sabes, Basilio, cuales son mis intereses, y no pienso tanto en la pintura del pintor como en la impresión que con ella puede llegar a provocarse en nuestros ojos, y eso creo que en primera instancia está en la forma en que ponemos las cosas en su lugar y después, cuando todo encaja, hacemos de la pintura un cuadro, aunque quizá esté equivocado.
No obstante, cuanto más hago más me contradigo y más y más dudo, por eso cada vez quiero menos enseñar*, pues parece que el pintor va buscando el “tema”, cuando el tema debería ser la pintura… pero nuevamente nos vamos a lo falto de sustancia física… ¿Cómo lo hacías tú en la Bauhaus?, creo que me sería de gran ayuda poder ver los documentos públicos que dejaste al respecto. De momento a mi se me ocurren más preguntas que respuestas, y las pocas respuestas que podría ofrecer a alguien me llevan hacia la poesía, por ejemplo a Chantal Maillard “…anclándose en un tema y luego/ en otro, agotándolo/ hasta que encuentra alguno/ en el que el mí se admite/ mejor que en ningún otro./ Y ahí se tensa, se condensa/ y vibrando se asimila…”. Para mi el tema es lo que no se agota, también Antonio Lopez habla de lo mismo, de que el tema es la pintura y lo que se pinta es puramente anecdótico.
Espero que durante mi visita podamos charlar en persona y quizá aprenda algo sobre las artes y el modo en que estas pueden ser bienaprendidas*
Atentamente, tu amigo.
Urtzi Canto
13 de diciembre de 2020