Qrid. Antoño* y Basilio III

Cuanto menos produzco más trabajo, y creo que en el arte no se trabaja por trabajar, que se trabaja por necesidad interior. lo otro es producción.

Sin embargo, en la ciudad todo se torna confuso y ése “Antisoma” que tomamos por los sentidos nos despoja del silencio en el que podríamos vivir (y trabajar). Pienso que aveces no tenemos ni idea, que de tanto decir sobre ella, se nos olvida mirar la pintura y simplemente gozarla, con sus defectos y sus virtudes, sin crítica, sin comparación. ¿no es otra cosa lo que vale?…

Lamentablemente, yo mismo soy el primer criticón.

La palabra es… “ilusión”, quien produce ilusión en los demás es rico en humanidad, es así, quizá, como se encamina uno a la creación. Ilusión y preguntas, no afirmaciones, que quizá sirvan para conocer primero la intención y hacer aflorar después su propia voz y respuesta.

Quien produce ilusión en los demás es rico en humanidad

Sin embargo, a día de hoy las periferias de los proyectos no me dejan profundizar en nada y absorben todo mi esfuerzo, alejándome de ése aflorar. Pero ya sabes, aunque la forma no es estructura también hay que moldearla, a pesar de que a veces cueste más de uno y mil combates de letrista.

Precisamente hace poco me hablaba una llamada sobre la comunicación, acerca de lo que comunicamos y lo que SE comunica. Considero que “comunicar” no es siempre comunicar, sirve a menudo más para confundir que para aclarar, pero es ésa una batalla perdida, a mi me basta con intentar en mi práctica velar más que desvelar. Cada vez encuentro más gusto, y lo digo con la boca henchida de placer, en el natural, en pintar DESDE lo que se ve, y no lo que se ve.

En torno a esto, creo que si uno se hace pintor, escultor, fotógrafo… es porque necesita aprender a mirar, y digo pintor y todos los demás, y no artista. Los primeros hacen lo que necesitan para aprender a ver, y el último es capaz de hacer llegar su modo de ver a los demás, que es otro cosa.

No obstante, yo creo que nunca he sabido mirar, y que necesito, como tantos otros, darle forma a esas cosas que no acaban de encajar en mis ojos, que en realidad son ciegos (por tanto, una tarea infinita y circular)

Sin embargo, o quizá por eso mismo, siento la necesidad de dejar de escribiros, a ambos. Si bien no sois lo mismo el uno que el otro, necesito salir de la influencia de ése aura del arte, de la de ambos, y abandonar la losa que me pesa. Quizá sea para hacer lo mismo pero sin hacerlo, quizá, para siendo otra cosa, serlo un poco más en silencio y un poco más sano.

Noto últimamente que el aire está viciado alrededor de esta informe mesa, y temo ser otro Salomón mirando el reluciente bronce, buscando un algo que no se busca, que quizá sólo se encuentre, aunque no siempre tenga la forma que uno espere.


Basilio XIII: !Más arena, Basilio!

Querido Basilio (aunque quiere sonar “Querido Antonio”)

¿Qué te parece si ponemos arena sobre esta informe mesa? ¿Ocurre que entre duda y duda, la una llama a la otra, y la otra a la una, y se levanta una atalaya desde donde mirar?

Querida duda, que también quiere sonar “Querido Antonio”, resulta tan inestable este cúmulo de dudas que habré que bajar ¿bajarse?, habré de asir la duda, con el lápiz, resolverla incertidumbremente*.

!Equivócate!

!No te equivoques!

!Pero equivócate!

Que lejos del suelo he de mirar ¿lejos?, cuánta tijera y cuánto* poco celo necesito para empezar

!lLimpiar! !recuperar! !re-ecuperar*!, que cuando ecupere* quizá construya lo que de ensoñar no quiero.

!Más arena, Basilio!

“Mas la larga espera

es oscuridad de noches

de hondo frenesí. Y sólo

tienes tiempo

de recoger los frutos que sembraste

sobre surcos de arena”

(Jose Antobio Caceres, “Moradas”, la emperatriz)

Urtzi Canto

En Bilbao, a 3 de febrero del 2021

Cartas a Basilio XII

Querido Basilio

Te hablé alguna vez de unos amigos, a los que no veo mucho pero que es honda su impresión en mi, tanto la de su pintura, como en algún caso la suya también

¿Por qué?

Porque su pintura (su arte) es de una gran radicalidad, a la par que humilde y vital. Esto se da en un contexto que bien podría llamarse “vanguardias españolas de interior”, viviendo apartadas (creando apartadas) pero no desconectadas del mundo. Estos amigos parecen escapar, incluso renunciar, al “afuera” de las cosas, para buscar un “adentro” que se quiere ¿Se necesita? alcanzar. No sé si los mueve la duda, el auto-descubrimiento o alguna otra razón.

Ortega Muñoz, Javier Fernández de Molina y José Antonio Cáceres

He conocido a todos de forma diferente, y con todos me queda una sensación de quietud intuitiva, no verbalizable.

A Godofredo Ortega Muñoz le conocí en el MEIAC, o quizá antes, en una galería de Mérida. Estaba hendido en las pinturas de puertas de acceso a corijos, una versión refinada de lo que nosotros llamamos “arrate”, puertas rústicas enmarcando un paisaje de dehesa. El pintor, refleja de forma tan sintética el labrado de los campos, la división de tierras con sombríos muretes de piedra seca, y los arboles !Que arboles! encinas, alcornoques y castaños que bailan el paisaje como los santos de Berruguete.

No puedo evitar pensar en el realismo poético de la generación del 98, mirando a castilla con ojos negros, en cambio, Ortega Muñoz procesa un claro amor al paisaje, a su paisaje rural. Éste amor, ésta forma de mirar, supura más allá del tema y de las formas de representación. Hay que enfrentarse a su pintura para sentir el silencio y la eternidad que alcanza, el retiro del pintor y la búsqueda que emprende.

A Fernández de Molina le conocí en su casa de galante entrada, enrejada, casi moruna… una coca-cola, humo de tabaco y polvos cerámicos hablan de él, también los jarrones pintados en el muro para decorar, muy romanos, que son la tercera dimensión de su casa. Es un hombre de taller, cansado también* de que le “traigan y le lleven” y también* sabedor de la urgente necesidad de legar… pero quién sabe, si ese no sea siempre el último paso del creador.

Ortega es pintor casi bíblico, sus peces llegarían a nadar en el brillo de lo cerámico y el color, que se esparce incontrolable fuera de la forma, adquiriendo la suya propia. Nada tiene que envidiar a nadie, el pequeño taller con patio es paridero de luces y sombras, piezas de belleza con o sin asa, con o son labio, platillos, bandejas, etc., todo al servicio del color y el arte del que pinta en horno.

A José Antonio Cáceres le conocí a través de la cámara, primero de las ajenas y después de la mía propia, que parece se enamoró de sus momentos y quísolos* hacer presentes. Nuevamente un creador integral, más retirado aún pero conectado en su momento con el meollo de todas la actualidad artística. Retiro y obra integral… pueden tener que ver con éste círculo, recientemente cerrado, de poesía, pintura y poesía visual.

Aunque de Antonio quizá te hable algún día.

Urtzi canto

En Bilbao a 3 de febrero de 2021

Cartas a Basilio XI

Querido Basilio

La perspectiva es una forma libre que se representa a sí misma, se nombra como otra cosa, como espacio, pero es en realidad cúmulo de formas libres que visualmente se sobreponen y disponen en diferentes direcciones.

Por ejemplo, la habitación es el cubo, con sus planos base internos, un X-Y-Z concreto, aunque siempre abstracto (el espacio es abstracción mental), que responde a un saber previo… !pero no!, porque el espacio dislocado, o no sujeto a interpretaciones conscientes, lo es más si cabe.

La práctica aplicada (todas lo son), de la pintura concreta (abstracta) parece mostrar que desligarse del todo de ésa interpretación del consciente humano es improbable, sin embargo, reducir al máximo las “referencias” nos acerca al infinito pictórico, por así decirlo, al inconcreto más atractivo y longevo a la vez (Obras fuera de tiempo, lugar e incluso casi hasta estilos)

De aquí que el alumno tantee los planos casi sin saber y de forma instantánea y eficaz (otras veces no tanto) que halle soluciones no normativas y muy enriquecedoras (el descubrimiento se interioriza como aprendizaje propio, no como enseñanza ajena)

Así las cosas, podríamos acuñar un “bien pero mal” y un “mal pero bien”

Urtzi canto

En Bilbao a 23 de enero de 2021

Cartas a Basilio X

Querido Basilio

Hoy no he enseñado nada, y qué bien…, apenas marcar los logros y afianzar los valores de las personas… y es que aquí no hay nada que decir, y yo no tengo nada que aportar, y cuando me preguntan sólo miro, observo y reconozco valores cromáticos y pastas que contrastan con el fondo, como el tulipán extendido en la tostada, color que masa* el espacio.

De eso sí puedo hablar, de lo que está en los ojos y las manos.

Estos días también pienso en algo que titularía “Tiempos modernos”, en memorias frías que quizá, de memoriar*, promueven la desmemoria de los modernos tiempos. Pero no me hagas caso, Basilio, me contraria a veces la lucidez ¿Lucidez?¿de quién?, me aborda quizá la soberbia del vendedor de filos y me hace pensar, quizá también, lo que no es ¿no es?

Mis palabras están siendo altamente temerarias, o altamente claras, lo más inequívocas que la obscuridad de mi pensamiento permite. Pero es que cuanto menos digo, menos juzgo y más claro y más firme veo lo que creo que las cosas son… y lo que no son. Es contradictorio que a mayor claridad más sean las cosas que quedan a un lado del camino.

Basilio, no sé si voy a leer tus cartas públicas, aún están escondidas en el atillo que las mantiene unidas, no se si las leeré… como ocurre con otras cosas, aún no ha llegado su momento.

Urtzi canto

En Bilbao a 22 de enero de 2021

Cartas a Basilio IX

Querido Basilio:

!Ésta mesa es un espejo sin bruñir! tus libros son sus patas, que por no pesar, el tablero tira hacia arriba y no la consiguen anclar. Podría soñar con Buñuel y su amigo Salomón, detentando la mesa de bronce o con Juan de Yepes, mirando por detrás del espejo para hallar la incógnita, abandonado a la duda, al descubrimiento. Sin embargo, todo nombre que cae en ella se resbala por los bordes romos y se derrama al suelo ¿hay suelo? ,donde ya no pasa nada. 

También te advierto, amigo, de que junto a la mesa hay un homicida energúmeno, que liberado de la razón vende filos, pero no está sólo, afortunadamente los viejos de adjetivo*, los que relatan las guerras sin afección, equilibran quizá su ímpetu. Y digo quizá porque me siento homicida de la idea del ti, como si fueras tú naciente, que soy yo, necesitado ahora de nueva escritura.

¿Y ahora qué?

!!! El caos !!!

Buscando a tientas,… Homero ¿Por qué no? y algunas comparativas poéticas entre Machado y Hernandez, buscando algo que creo que sé pero necesito confirmar. Por lo pronto, tengo entre manos varios tomos de literatura clásica, muy clásica… suena  y es lectura dura, pero una vez que entras te engancha. He empezado por La Ilíada, las guerras Greco-troyanas por la toma de Ilíon. 

Otras lecturas  que me abordan son fruto directo de dudas de la mesa, la generación del 98, su rebelión de las ideas (las de la política no me interesan) y el eterno tema de Castilla, para unos negra y para otros un poco menos. Castilla… la de Unamuno, la de Machado y la de Hernanez… el caso es que entre Machado y Hernandez sospecho que hay una diferente emoción… creo yo. De lo que sí me convenzo cada vez más es de la cercanía de estas generaciones (98) y de las posteriores (27) al surrealismo literario, ya Juan ramón Jimenez parece un autor de transición entre ambos, su técnica literaria parece avanzar a cierto grado de surrealismo (me viene a la cabeza el teatro surrealista que vendrá más tarde)

El caso es, Basilio, que voy resolviendo algunas de las dudas adheridas a la mesa, entiendo que tú puedas pensar que hay obviedades, o errores en mis concepciones, pero en caso de haber algo de ello, sería parte del proceso de descubrimiento, del proceso de limpieza ¿Hay que limpiarlo todo? de ésa mesa que me sustenta y a ti te da vida.

Urtzi canto

Bilbao a 18 de enero de 2021

Cartas a Basilio VIII

Querido Basilio:

¿Recuerdas la mesa informe?

Sí, ésa estructura mental que inventé hace ya semanas para armar mi propio aprendizaje de ti, de mí, y del arte ¿la creación?. Resulta que ésa mesa que nos une cada vez me separa más de ti, abrir el mundo a otros ha generado disonancias, dudas, que se aferran a la estructura y la habitan. ¿Cómo seguir construyendo en una mesa llena de dudas? Inevitablemente hay que resolverlas.

De ti se me desmonta el mito y lo agradezco, porque después queda el hombre, y de ése sí que puedo dar cuenta. Espero no te importe mi sinceridad cuando digo que tu teoría del color, de la pintura, se asemeja más a una metodología analítica, a algo comprensible, asimilable y comunicable, incluso previsibles sus resultados… y siento no estar de acuerdo con esos propósitos. Para mi el arte no tiene caminos ni muletas, y mucho menos recetas, porque el arte no se aprende…

Es en esos puntos suspensivos donde todo se me descarrila, precisamente en el extremo más activo de la mesa, en la absoluta libertad falta de sujeción, porque cuando mañana afronte mis clases, habré de decir a los alumnos que cierren el libro, que ahí nada se aprende…

Volviendo a ti, y a los fantasmas de la mesa, me encuentro cada vez más desplazado hacia el pico en que no tengo certezas, y trato de entrarte por donde buenamente puedo. Los fantasmas a  su vez me llenan de arrogancia o me tratan de aplacar subrayando mis carencias, avanzando así a trompicones ¿hacia donde?

Sin embargo, sí tengo algunas certezas, y con ésas pocas claves que me estructuran trato de avanzar a tientas, pero no a ciegas.

Urtzi canto

Bilbao a 11 de enero de 2021

Cartas a Basilio VII

Querido Basilio:

¿Qué tal te va por el vecindario? El otro día pasé a verte y parecían regalar té con pastas por tu corrala, las colas eran enormes. No sé por qué los artistas os alojais en un sitio tan concurrido, algún día me lo explicaras.

Está visto que se venden caras las visitas a tu casa, pero yo soy paciente y aprovecho para armar poco a poco nuestra mesa. Si anteriormente se sentó en ella algo Nietzscheniano, ahora, sin pretender apagar su arrojo, debiera alejarme de su arrogancia encarando las carencias y admitiendo lo que no sé (de lo que sé no puedo seguir bebiendo)

Entiendo cada vez más la necesidad de contexto, historia, estética (término muy equívoco), experiencia práctica y sobre todo de sensibilidad, para poder aprehender una obra, para poder prescindir del habla, para saber el silencio que (te) dejan. No en vano dicen que las palabras acallan el silencio, en arte las palabras acallan la plástica.

Por ejemplo, Julio Romero de Torres, Valle-Inclaán… la generación del 98, una reacción cultural a la crisis derivada de la Guerra de Cuba, de su pérdida, siendo el arte otra forma ¿no política? de afrontar(la)¿el qué?. Son en cierto modo una pre-vanguardia, o al menos viven y beben algo del color plano del orientalismo, así como de la luz mediterránea de Tanger, crisol de culturas, negocios e intrigas, y viaje turístico de moda para las clases acomodadas de XIX.

¿Y qué sé yo de esto? Nada en absoluto, apenas “Casablanca” y el submundo de persecuciones Ario-semitas en los zocos y cafés de tierra secada al sol.

Y hablando de pre-vanguardias, no se me escapa que hablo de la generación del 98, a final-finales del XIX y apenas unos años después , muy pocos, tenemos ya las primeras manifestaciones de vanguardismo en Paris… (yo ahí lo dejo)

E hilando vanguardias, tampoco se nada sobre las que se han olvidado en el interior peninsular, pienso en Javier Fernandez de Molina, también en José Antonio Cáceres, por citar dos. Hay en ellos un paisaje sencillo, simplificado, y de ése modo muy-mucho* representado…

¿Qué hay de sus conexiones generacionales?¿las hay?

Una carencia más que manifiesta, que diría que responden, nuevamente, a una época de cambio, momento de ruptura, en parte por transiciones(varias) a las democracias, que marcan de un modo más o menos patente la trayectoria de un artista o creador. Diría que aquí, en el interior, son más individualistas, aislados, ahondando en algo interno que en estos dos ejemplos quizá salte de la “expresión propia de la época” directamente a la “expresión de lo que es propio del arte”, a lo que tú dices que “como elemento principal del arte, no conoce ni el espacio ni el tiempo”

En fin ¿qué se yo de esto? Nada en realidad. Estas y “algunas otras” son dudas ante las que uno se siente pequeño, y debe admitir su desconocimiento para salir airoso, lo que luego se haga con la certeza recién adquirida ya… es cosa de cada uno.

Te dejo, amigo, espero el día en que nos veamos, mientras tanto, pásate por la habitación de Rothko, aún a pesar de su grandeza, está tan sólo en su departamento…

Urtzi canto

Bilbao a 5 de enero de 2021

Cartas a Basilio VI

Querido Basilio:

Hace bien poco he dado con el paradero de algunas de tus cartas públicas, especialmente de las que hablan de tus clases en la Bauhaus, no sé que contienen exactamente, pero ardo en deseos de poder revisarlas. Ya ando en tratos para hacerme con una copia y espero que pronto den frutos.

¿Sabes? Tratar de conocerte un poco más no hace más que alejarme de ti, te aprehendo humanamente y desaparece poco a poco el velo mítico que el arte pone sobre las cosas y personas. Puedo entender un poco mejor el espíritu de la época (estilo de la época), no aún el espíritu territorial, el espíritu estético de los “ejes” territoriales/bélicos de un siglo tan extraño y polarizado. Comprendo en ti un enfoque técnico, que creo se te exacerba en la Europa maquínica que puso su fe en la técnica, las medidas, los nuevos materiales… algo a lo que se acomodaría perfectamente tu herencia constructivista, propia del este, de donde venias ejerciendo la docencia artística.

Bien es cierto que todos tus estudios del color y la forma se basan en una experimentación casi científica, o así propones que puede formarse una teoría del color (de las artes), aprehensible como las otras ramas del conocimiento. Sin embargo, remarcas en rojo que la teoría es fruto de la práctica, un enfoque pedagógico que parece haberte provocado bastantes discusiones con los compañeros de la Bauhaus. 

Todo lo anterior me ayuda a comprender la decoración de tu casa, y me confirma experiencias, experimentos y tendencias que se me hacen extrañas, a mi, ahora, pero que tendrían sentido dentro de una experimentación de arte como la que parece que siempre has tenido durante tus años pasados.

Conocer a tus amigos me ayuda a ser cada vez más crítico contigo, un privilegio que no todos los visitantes a tu casa pueden tener. He aprendido de la “nueva pintura” (pintura abstracta) de Mondrian, que su fin último es la arquitectura, salir del lienzo y envolver al ser. Un espíritu similar habría entre tus compañeros, donde el diseño tendería a lo espacial, a lo arquitectónico, y por analogía, a lo escultórico. Si bien la visualidad de ésta época, desde la que te leo, es muy diferente de la del S.XX, una parte de tu estética viene de ése “Estilo de época” que has vivido.

Ahora bien ¿Qué hay de lo mío?

Artísticamente hablando, amigo, para mi eres un comienzo, dicen que los comienzos son clave para orientar el camino, y a mi me pareces uno de los mejores para el que busca, aunque no es fácil encontrar en ti si uno no tiene espíritu crítico, porque ni todo es bueno, ni todo lo bueno es válido para todos.

Digamos que ahora tengo un nuevo plano sobre la mesa en la que espero nos juntemos, ahora la mesa no esta sola, estamos nosotros y una duda en forma de Nietzsche.

Tu amigo Urtzi

1 de enero de 2021

Cartas a Basilio V

Querido Amigo:

Han llegado las navidades y sigo sin haber coincidido contigo. Ésta época me recuerda mucho a uno de tus cuadros, “Schweres Rot” (Heavy Red), a mí siempre me pareció que tenia algo de navideño, así como de maquínico, de urbano, propio de la época de pujanza técnica en la que lo pintaste. Aunque no sé que te parecería a ti ésta interpretación, supongo que tú pensabas más en el color y la forma que en cualquier otra interpretación respecto al motivo.

Ha pasado mucho tiempo, me di cuenta de ello el día que fui a visitar la corrala donde vives, tus vecinos, también artistas, muestran uno y mil saltos en el proceso de la creación, aunque no siempre sean rectos ni hacia adelante, pero entiendo que todos son pasos  y casi todos riesgosos*, de vida o muerte para el creador.

Por ejemplo, La vecina tan agradable de la que te hablé, Lee Krasner, se ve que domina el dibujo, en sus “Nude studies from live” fluye el ritmo, la línea curva, articulando figura-mobiliario* en  una sola cosa. Aunque no creas que está lejos de la abstracción, en algún momento de su carrera busca en las formas flotantes, casi signos, “Jeroglificos” los llama en la serie a las que pertenecen. Me parece como si pudiera sacarlos, aislarlos y ver pequeños ideogramas pictóricos, ecos de pintura mas que de trazo. Sin embargo no todo me parecen aciertos, en algunas de sus derivas creativas destroza dibujos a carboncillo y re-construye nuevos dibujos a base de sus pedazos… esto esta bien, es el descubrimiento, el disparate, pero más tarde se convierte en manierismo, hipertrofiado, agrandado hasta el exceso, y los pedazos cortados y montados quedan sujetos a pre-concepciónes formales y no a la creación… pero en fin, hay que entenderlo, hay periodos de explosión creativa y periodos mas o menos manieristas.

Y como siempre Rothko… puerta con puerta, al final del pasillo de tu piso. Hay que reconocer que te rodeas bien, vecino silencioso y profundo, mudo pero vibrante, resonante. Apenas pude ver uno de los cuadros de su casa, pero fue suficiente para darme cuenta de que allí vivía dios (el que sea), o el infinito, o lo sublime, o la trascendencia echa pintura. Tienes que verla, Basilio, del rojo al amarillo y al verde-amarillo* hay tanta distancia que me pierdo. Ésta obra parece tener que ver con la posguerra y el dolor latente… sólo te puedo describir la sensación que me provoca por medio de una poesía de Chantal Maillard, fruto a su vez de la perdida y la culpa.

“Vivir acuclillada. Las rodillas

Pegadas al mentón:

Por intensos que sean,

Los rayos del sol

No regeneran a los muertos.”

(Chantal Maillard)

No me explico como Rothko pudo llegar a semejante grandeza con un medio tan humilde, quizá precisamente por la humildad de su pretensión, absolutamente sintética, puramente pictórica, carente de motivo, de razón, lograra trascender de tal manera.

Por último, me llama la atención como hiláis en esta peculiar comunidad de vecinos, incluso la portera, !también artista! me resultó portentosa. Jenny Holzer, cuyas barras de luz de suelo a techo ¿6 metros?, por las que sube y baja un texto en rojo por un lado y en azul por el otro. Es difícil de describirlo, la portería es pura arquitectura en luz, las letras se deslizan tórcidas* por las paredes irregulares, por todas las diferentes curvas del espacio. Aquí entras tú de nuevo, cuando las letras rojas flotantes coinciden junto con las azules traseras, que apenas se perciben rebotadas, las últimas se vuelven borrosas, indefinidas, lejanas, y cuando las rojas desaparecen… las azules se hacen terriblemente presentes y enfocadas ¿Nitidez derivada del contraste simultáneo?

Sin pretender entretenerte mucho más,  te deseo felices fiestas y pido para nosotros un pronto reencuentro.

Tu amigo Urtzi

27 de diciembre de 2020

Cartas a Basilio IV

Querido Basilio:

Ayer por fin fui a verte, aunque por desgracia habías salido ésa mañana y no pude reunirme contigo. No ha sido fácil encontrar tus habitaciones en ésa corrala en que te has instalado, teniendo que pasar por muchos otros inquilinos antes. A algunos los he evitado por tenerte por prioridad, a otros, en cambio, me ha parecido interesante dedicarles tiempo antes de llegar a tu puerta, destacaría entre ellos a Lee Krassner, una chica muy maja.

Como ya he dicho, no coincidí contigo, pero alguien de la casa me dejó pasar ¿Tu portera? y así pude ver tus aposentos, allá en el último piso del edificio. Siendo honestos, te diré que lo que vi me gustó de forma desigual, algunas cosas eran absolutamente sublimes, como “La montaña azul”, y otras, compuestas de formas geométricas de colores en el aire sobre fondos planos… me parecieron puro juego, más ejercicio especulativo (para las teorías publicadas) que conclusión de algo. Cosas como “Rosa decisivo” e “Inclinaciones” refuerzan mi percepción de que muchos de ellos son meros ejercicios especulativos.

También te digo, amigo, que no acabo de entender las líneas de curvas sucesivas, concéntricas… pero de algún modo las “veo” en la pintura y no me parecen innecesarias. Me llevan a pensar en prehistoria, pero estos no son derroteros para esta carta. Sin embargo, sí entiendo mejor ahora el “plano base”, ésa masa de color, a veces girada,  sobre el plano diferenciado del lienzo, aunque igualmente me faltaba en bastantes cuadros que anteriormente he denominado “especulativos”.

Finalmente, quiero expresar mi más absoluta admiración a tu trabajo “La montaña azul”, creo que saldrán un día los caballos a galope y no los volveremos a ver, allí hay mucho (y muy pictórico) que comentar. 

Qué color…, menudos granates…, !Y que fosforitos! !de 1908!, qué volumen se expresa cuando a su vez está totalmente falto de volumen… (Ésta frase tiene trampa, pues tu volumen no es espacial, de dibujo, sino perceptual, de color). En tu volumetría no hay planos extensos, sino masas de color que se posicionan adelante y atrás por contraste simultáneo, sin y con todo el sentido espacial.

Sin embargo, sábes*… !Cómo sacas el espacio cuando quieres!. Me sorprende ver junto a una pintura abstracta, de formas y colores, una escena con personas y espacio levantada a base de las mismas manchas de color y contraste simultáneo que el anterior, repito, amigo, que tú sábes*… ahora muestras partes de las personas sacándolas del fondo, ahora las camuflas y hundes en un espacio de color y formas.

Estimado amigo, tengo más cosas que contarte de mi visita, sin embargo ésta carta llega a su fin.

Espero poder coincidir contigo en otras visitas que intentaré hacerte.

Tu amigo Urtzi

21 de diciembre de 2020

Cartas a Basilio III

Querido Basilio.

Un semana más y sigo sin ir a verte, pero no es esto lo que me preocupa, sino más bien la mesa de forma libre que nos espera. No soy capaz de dar cuenta de ella, pues es puro plano base en el espacio de tu casa, rodeado de tensiones dominantes y secundarias, pero… siendo esto pura esencia, desprovisto de toda forma exterior, no sé como darlo a conocer, e incluso me cuesta aprehenderlo.

Ya sabes, Basilio, cuales son mis intereses, y no pienso tanto en la pintura del pintor como en la impresión que con ella puede llegar a provocarse en nuestros ojos, y eso creo que en primera instancia está en la forma en que ponemos las cosas en su lugar y después, cuando todo encaja, hacemos de la pintura un cuadro, aunque quizá esté equivocado.

No obstante, cuanto más hago más me contradigo y más y más dudo, por eso cada vez quiero menos enseñar*, pues parece que el pintor va buscando el “tema”, cuando el tema debería ser la pintura… pero nuevamente nos vamos a lo falto de sustancia física… ¿Cómo lo hacías tú en la Bauhaus?, creo que me sería de gran ayuda poder  ver los documentos públicos que dejaste al respecto. De momento a mi se me ocurren más preguntas que respuestas, y las pocas respuestas que podría ofrecer a alguien me llevan hacia la poesía, por ejemplo a Chantal Maillard “…anclándose en un tema y luego/ en otro, agotándolo/ hasta que encuentra alguno/ en el que el mí se admite/ mejor que en ningún otro./ Y ahí se tensa, se condensa/ y vibrando se asimila…”. Para mi el tema es lo que no se agota, también Antonio Lopez habla de lo mismo, de que el tema es la pintura y lo que se pinta es puramente anecdótico.

Espero que durante mi visita podamos charlar en persona y quizá aprenda algo sobre las artes y el modo en que estas pueden ser bienaprendidas*

Atentamente, tu amigo.

Urtzi Canto

13 de diciembre de 2020